Aprender a conocer y a amar el mundo tal como es
de Germinar Pedagogia Waldorf en Rosario, el Domingo, 11 de septiembre de 2011, 23:09
Toda verdadera comprensión exige otra condición previa al acto de percibir.
Una experiencia sensorial en su máxima amplitud juega un papel fundamental en el desarrollo de los sentidos, proceso que se continúa a lo largo de los primeros años de la vida del niño. Un siguiente paso en el proceso de aprendizaje lo constituye el progresivo aumento de la toma de conciencia de aquello que percibe.
El niño aprende entonces a reconocer los aspectos esenciales de un determinado fenómeno. La aproximación fenomenológica a las ciencias naturales y humanísticas- cuyo inicio se produce en la cuarta clase- tiene un papel central en la Educación Waldorf. En los primeros años se opta por enfoque de las materias escolares más vivo y basado en la experiencia.
Ayudar a los niños a orientarse en el mundo actual y a poder conformar el mundo del mañana significa para el adulto, en principio, recordar cuál es el fundamento de la experiencia y la actividad humana.
¿Cómo percibe un niño el mundo? ¿Qué motivos impulsan a actuar al adulto? Los niños se hallan abandonados sin protección a las impresiones externas – tanto a buenas como a malas impresiones. – Desde el punto de vista de la Pedagogía Waldorf aparece como un aspecto importante para el desarrollo sano del ser humano, así como para el desenvolvimiento de sus facultades a lo largo de la vida, que el niño pequeño encuentre un impulso de imitación para su propia actividad en al misma actividad de los adultos que le rodean. Los ritmos del día, de la semana y las fiestas del año constituyen un reforzamiento de la constitución física y del ámbito volitivo.
Precisamente a aquellos niños que viven en un mundo técnicamente muy avanzado es a quienes se debe abrir sus sentidos para descubrir la multiplicidad de la Naturaleza de los fenómenos del mundo. Los contenidos de la enseñanza en la Escuela Waldorf son objeto de ejercicio para este importante aprendizaje de una percepción precisa, la vivencia de cualidades diferentes y la consecución de una seguridad en sí mismos. Los pedagogos de la Escuela Waldorf conciben la enorme profusión de experiencias “de segunda mano” que llegan a través de los medios de comunicación como un serio peligro para el desarrollo infantil.
Pero no solamente los sentidos son decisivos. ¿Qué experimentamos a través del fenómeno? ¿Cómo desarrollamos una relación con nuestro entorno, con los seres humanos que nos rodean? La pedagogía Waldorf tiene como labor fundamental el cultivo y la diferenciación del ámbito anímico.
Los campos educativos descritos hasta aquí se hallan unidos a una amplia actividad en la Escuela. Se pinta, se modela con cera y arcilla, se teje, se cose y se realizan otras muchas actividades. También se visita a un agricultor, se siembra, se cosecha, se muele el trigo, y se cuece el pan. Se construye un muro.
Las actividades prácticas complementan la formación en la edad adolescente. Determinada por las posibilidades existentes, se realiza una práctica agrícola o forestal de varias semanas de duración en la novena clase, en la décima clase se impartirá una práctica agrimensura, junto con un período posterior de prácticas en el ámbito social.
En esos momentos especiales de la experiencia escolar se ejercita la propia actividad y la relación hacia el y hacia a otros seres humanos en un entorno evidente de responsabilidad. Ese ejercicio de la propia actividad recurre a capacidades “sembradas” anteriormente: percibir correctamente, la alegría en torno a la imagen creada por uno mismo, que después es desarrollada con entusiasmo y se pone en práctica de forma reflexiva. Las múltiples actividades artísticas, manuales y tecnológicas realizadas en las Escuelas Waldorf sirven también de apoyo a este proceso.
Los métodos y contenidos de la enseñanza, adecuados a las exigencias científicas generales que se imparten en las clases superiores, recaen sobre jóvenes personalidades desarrolladas de tal forma, que no se ven abrumados por la abundancia de los conocimientos y errores actuales, ni avasallados por la tecnología, sino que concientes de sus capacidades pueden aplicar sus conocimientos y técnicas de una forma humana y respetuosa de su entorno.
Las capacidades sociales no se adquieren a través de teorías e ideologías, la convivencia y el trabajo en equipo dentro de la comunidad escolar, con padres y profesores que construyen y reciben una orientación formativa para el futuro de sus hijos y de la sociedad, constituyen, juntamente con la vida en familia, el elemento más importante para una vivencia personal y social. Walter Hiller
Bibliografía
Erhard Fucke, Die Bedeutung der Phantasie …, Stuttgart 1972
Hans Müller- Wiedemann, Mitte der Kindheit, Stuttgart, 1980
“Mi especial interés va dirigido a las escuelas progresistas y las escuelas Steiner… estas podrían proporcionarnos una diversidad mucho más sana en la educación de este país desde el punto de vista del derecho de elección por parte de los padres.”
Lord Young of Dartington
son artículos del catálogo de la exposición Pedagogía Waldorf celebrada en el marco de la 44 conferencia sobre educación de la UNESCO, llevada a cabo del 3 al 8 de octubre de 1994 en Ginebra, Suiza.
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